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Edificios emblemáticos de la Ciudad de Guatemala

La Nueva Guatemala de la Asunción se encuentra festiva durante el mes de Agosto, y para celebrar con ella APARECO, te trae los Edificios más emblemáticos de esta ciudad.

El paisaje urbano de ciudad de Guatemala no había sufrido cambios drásticos desde su fundación en 1776. Si bien los movimientos sísmicos de 1917 habían impactado en las edificaciones cuando éstas fueron reconstruidas no alteraron de manera significativa el perfil de la urbe.
La revolución de 1944 fue el detonante que desde el ámbito político puso fin a una dictadura de catorce años y a toda una era de gobiernos liberales que había durado más de siete décadas. este evento impactó en la economía, la sociedad y, por consiguiente, en la cultura, permitiendo la evolución de todas las disciplinas de expresión: el teatro, la música, la danza, la narrativa, la poesía, las artes plásticas, visuales y, por supuesto, la arquitectura.
en este último campo, las transformaciones se hacen evidentes en proyectos públicos de gran envergadura, como las escuelas tipo Federación, las viviendas sociales y la Ciudad Olímpica, edificaciones que, al eliminar elementos decorativos, adoptan un lenguaje estético racional.
En 1950 aparece el edificio Magerman. Construido por los ingenieros Asturias y Vizcaíno, éste es uno de los primeros elementos de proporción vertical que rompe con los rasgos tradicionales que caracterizaban al centro de la ciudad. A partir de este momento, el protagonismo de cúpulas y campanarios sobre los tejados estará compartido con nuevos elementos arquitectónicos nunca antes vistos.
en esta década regresa al país una generación de arquitectos jóvenes graduados en el extranjero: Roberto Aycinena, Pelayo Llarena, Raúl Minondo, Jorge Montes y carlos Haeussler. Llegan a Guatemala siendo bastante jóvenes y traen en su equipaje ideas frescas que interpretan la modernidad de una manera diferente. Aparecen el paisaje urbano de ciudad de Guatemala no había sufrido cambios drásticos desde su fundación en 1776. Si bien los movimientos sísmicos de 1917 habían impactado en las edificaciones cuando éstas fueron reconstruidas no alteraron de manera significativa el perfil de la urbe.
La revolución de 1944 fue el detonante que desde el ámbito político puso fin a una dictadura de catorce años y a toda una era de gobiernos liberales que había durado más de siete décadas. este evento impactó en la economía, la sociedad y, por consiguiente, en la cultura, permitiendo la evolución de todas las disciplinas de expresión: el teatro, la música, la danza, la narrativa, la poesía, las artes plásticas, visuales y, por supuesto, la arquitectura.
en este último campo, las transformaciones se hacen evidentes en proyectos públicos de gran envergadura, como las escuelas tipo Federación, las viviendas sociales y la Ciudad Olímpica, edificaciones que, al eliminar elementos decorativos, adoptan un lenguaje estético racional.
En 1950 aparece el edificio Magerman. Construido por los ingenieros Asturias y Vizcaíno, éste es uno de los primeros elementos de proporción vertical que rompe con los rasgos tradicionales que caracterizaban al centro de la ciudad. A partir de este momento, el protagonismo de cúpulas y campanarios sobre los tejados estará compartido con nuevos elementos arquitectónicos nunca antes vistos.
en esta década regresa al país una generación de arquitectos jóvenes graduados en el extranjero: Roberto Aycinena, Pelayo Llarena, Raúl Minondo, Jorge Montes y carlos Haeussler. Llegan a Guatemala siendo bastante jóvenes y traen en su equipaje ideas frescas que interpretan la modernidad de una manera diferente. Aparecen los primeros edificios retirados del límite de propiedad, se elevan las plantas sobre columnas de tipo pilote, se utiliza el muro cortina y florecen las terrazas jardín.
La utilización de nuevos sistemas constructivos y la aplicación de lógicas estructurales alternativas permiten elevar un mayor número de plantas sobre el mismo terreno, pese a estar en una zona sísmica y a haber abandonado el sistema tradicional de adobe y mampostería. Aunque el concreto armado ya se había utilizado con anterioridad, es a partir de este momento cuando cobra verdadero protagonismo.
el uso de materiales nobles, como el ladrillo, el mármol, el mosaico o el concreto expuesto, evidencia una intención estética que busca explorar más allá de lo racional, para lograr una homologación con las arquitecturas contemporáneas y encender en la antigua ciudad algunos destellos de modernidad.
Los jóvenes integrantes de esta generación bebieron de Le corbusier, Ludwig Mies Van der Rohe, Walter Gropius o Frank Lloyd Wright algunas de las ideas más influyentes en el ámbito internacional de la época y, de esta manera, contribuyeron a abandonar el marcado eclecticismo formal heredado de la dictadura. Así es como el siglo XX llega con retraso a la tradicional ciudad de Guatemala.

Biblioteca Nacional y Archivo General de CentroAmérica:

5ª avenida 7-26. Rafael Pérez de León.

1957.

El edificio está ubicado en la manzana donde una vez estuvo el Real Palacio, en concreto sobre el área donde el arquitecto Marcos Ibáñez había dispuesto las habitaciones de la capitanía General. Según Bojorquez (2008), esta obra se inició el 18 de junio de 1948. Los trabajos fueron suspendidos a principios de 1951 y se reiniciaron un año más tarde. El 3 de septiembre de 1957 se habilita con la recepción de documentos, quedando abierta al público en 1958.
El conjunto abarca un área de 7,858 m2. El mural en relieves de concreto, fue realizado por el maestro, Efraín Recinos y  costó Q42,000.00 de la época. La arquitectura de Pérez de León muestra una propuesta moderna racionalista, ya libre de presiones dictatoriales, antítesis de otras edificaciones públicas diseñadas en el período ubiquista. Los volúmenes son limpios y muy coherentes con el concepto de higiene formal –corriente originada en europa cuyo fundamento consiste en la supresión de todo elemento decorativo–, los diferentes acabados enfatizan el juego volumétrico y el mármol cobra singular relevancia sobre los demás; sin embargo, y sin demeritar su contenido y alta calidad estética, y como muy bien ha señalado Recinos, los murales contradicen esto y evidencian que ideológicamente corresponden a un momento histórico distinto.

Biblioteca Nacional de Guatemala

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

Banco de Guatemala:

7ª avenida 22-01, zona 1. Diseño arquitectónico: Jorge Montes, Raúl Minondo y Carlos Haeussler. Cálculo estructural: ingenieros Roberto Solís y Ernesto Rosales. Construcción: ingeniero Joaquín Olivares.

1961-1964

Desde el punto de vista arquitectónico, la esbeltez de esta construcción aporta cierta anomalía a la horizontalidad del conjunto urbano. Su emplazamiento, también sobre un espejo de agua, acentúa este efecto. Sólidos pilotes forrados de mármol negro sirven de soporte al cuerpo principal, que se eleva a más de 50 metros de altura.Merece la pena tomarse un tiempo para apreciar el diseño de los parteluces en las fachadas orientadas al norte y al sur, y para ver el juego de luz y sombra que hacen de éstas las caras cambiantes del edificio.
Como una constante de la modernidad, volvemos a percibir una clara vocación de diferenciación y trascendencia, que se manifiesta no sólo espacialmente (por la disposición de los edificios dentro de una trama urbana distinta), sino también en la elección de materiales. Sin lugar a dudas, los diversos tipos de mármol, las maderas nas y el concreto expuesto se utilizan con esta tonalidad.

Banco de Guatemala

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

“Su particularidad más bella, son sin duda, las fachadas del poniente y oriente que están revestidas de figuras que representan el códice Maya, fundido en concreto directamente y creado por los artistas guatemaltecos Dagoberto Vásquez Castañeda y Roberto González Goyri”- katarimag

Mural del Banco de Guatemala

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

El Banco de Guatemala pertenece a las 10 obras iconos de la Arquitectura Brutalista en Latinoamérica según KatariMag . La arquitectura brutalista nace como respuesta a ideas de estados benefactores, estados robustos que van a sustentar y dirigir la nueva sociedad de masas, tras la Segunda Guerra Mundial.       

TELGUA: 

7ª avenida, entre 12 y 13 calles. Pelayo Llarena. 1964.

Estamos ante un magnífico ejemplo de que la modernidad es mucho más que una intención estética abordada desde lo banal de la forma. La obra de Llarena evidencia un profundo compromiso por entender el entorno e interpretar sus condicionantes específicas, con el fin de abstraer toda esa información e integrarla a un todo que también tiene en cuenta los aspectos de la modernidad internacional. De esta forma, alcanza la fusión de lo local y lo universal, sin necesidad de recurrir a elementos figurativos de fácil interpretación, lo que demuestra el magistral ejercicio del oficio de Llarena.

El inmueble se separa del nivel de la acera gracias a un juego de gradas que conducen al ingreso principal. Éste se encuentra en el centro de una plataforma que en el programa original estaba concebida como vestíbulo y área de exposiciones. El cuerpo del edificio se levanta sobre columnas de tipo pilote forradas de mármol negro. Una gran celosía de concreto, diseñada tomando en cuenta el ángulo de incidencia solar, controla el clima en el interior de las oficinas. En la terraza una secuencia de cáscaras curvas complementa la composición.

IGSS 

7ª avenida 22-72, zona 1. Roberto Aycinena y Jorge Montes. 1956-1959.

Contemplemos que la edificación se emplaza elevada, aproximadamente 1.50 metros, sobre un tablero horizontal que debió ser una plaza de ingreso (pero se usa como parqueo). La organización espacial resuelve el programa arquitectónico a través de una composición volumétrica integrada por un cuerpo principal alargado orientado norte-sur, destinado al uso de oficinas; un cuerpo de altura menor para atención al público, orientado oriente-poniente; y como remate, hacia la Sexta Avenida, un volumen de forma irregular para el auditorio. Todos estos elementos están vinculados con los otros edificios del Centro Cívico por medio de plataformas que deberían funcionar como plazas y grandes corredores urbanos para permitir al transeúnte apreciar la modernidad en toda su plenitud.

En el paramento exterior poniente del volumen principal resalta la forma en que se usan los elementos de control solar, pues en este caso se emplea una serie de mamparas que estaban forradas con mosaico japonés de color crema y celeste. El ángulo en que se dispuso este tipo de superficie reflejaba la luz hacia los espacios interiores. Es una lástima, pero en la actualidad están recubiertos con pintura. El juego de la luz y la sombra en esta fachada permite apreciar que los elementos arquitectónicos asumen un papel protagonista en la propuesta estética del conjunto y crean una dinámica particular, pues no se confía solo en los murales, sino que se establece un diálogo armónico y necesario entre la arquitectura y la plástica.

No pierdan de vista la parte superior del IGSS. En el diseño había una terraza en la parte superior del cuerpo principal, con una secuencia de paraboloides hiperbólicos. El elemento ha sido intervenido con poca fortuna, ya que se ha forrado con un espejo que oculta el remate escultórico que coronaba con elegancia el edificio.

Para concretar esta obra y para integrarla al concepto de Centro Cívico, fue rematada con la elaboración de dos obras artísticas muy importantes: el mural en mosaico titulado Seguridad social, construido en la entrada del edificio por Carlos Mérida; y el altorrelieve titulado Nacionalidad guatemalteca, ubicado sobre la 7ª avenida y esculpido por el artista guatemalteco Roberto González Goyri.

Vayamos hasta el muro exterior de piedra que queda sobre la 7ª avenida para ver los 40 metros que ocupa La nacionalidad guatemalteca, obra de Roberto González Goyri. En una secuencia de derecha a izquierda, esta pieza, que no contó con el beneplácito del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, que incluso quiso derribarla, pasa revista a la historia del país desde la leyenda sobre el descubrimiento de la planta del maíz, recogida en el Pop Wuj, hasta la Independencia, pasando por la Conquista y la colonización. El Centro Cívico es de una belleza singular, es un conjunto espacial que identifica a los guatemaltecos y es uno de los pocos centros urbanos de la modernidad; sin embargo, su conservación no recibe la atención que merece. Es notorio cómo en cada uno de los edificios que lo componen se ha traicionado la esencia de la idea urbano-arquitectónica que lo vio levantarse imponente al sur dela ciudad. Sylvia Aycinena, hija de uno de los precursores de este espacio, explica de manera evocativa: “Hace poco mi padre me comentó cómo lo habían arruinado. Para los creadores es difícil ver cómo las obras no se conservan como las crearon.

Crédito Hipotecario Nacional: 

7ª avenida 22-77, zona 1.  Jorge Montes, Raúl Minondo y Carlos Haeussler. Cálculo estructural: ingeniero Ernesto Rosales.

1960–1963

El emplazamiento de los edificios del Centro Cívico permite apreciarlos como elementos escultóricos, ideales para exponer los murales que son parte de su esencia. En este caso los murales son en alto relieve con acabados en estuco blanco, sin embargo, éstos también cumplen otro objetivo primordial: el control solar. De esta manera se logra que los espacios interiores sean confortables y propicios para trabajar, ya que al integrar la utilidad con la propuesta estética se consigue que el usuario no solo esté bien, sino que además se sienta bien.El cuerpo principal del Crédito Hipotecario Na-cional aparece elevado un nivel y medio sobre la plataforma principal y sostenido por columnas forradas de mármol negro. De nuevo, se observa la carpintería en aluminio anodizado de color dorado, muy usado en la época.En el diseño original la fachada norte permitía una perspectiva distinta del edificio, de carácter ambiguo con relación a las otras, pues desde este punto de vista el edificio parecía “Rotar” sobre un espejo de agua que servía de base. Por otro lado, el juego de parteluces, que aún podemos apreciar, es más abstracto y presenta una propuesta estética muy distinta, pero bien integrada con el resto de fachadas. Como veremos a lo largo de este recorrido esta intención responde a la preocupación de los autores por interpretar lo universal desde lo local.

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

 

Fotografía: Andrés Asturias para Guía Moderna de Arquitectura de la Ciudad de Guatemala

 

GUÍA DE ARQUITECTURA MODERNA
Textos: Gemma Gil y Raúl Monterroso
© Copyright 2018